miércoles, 11 de junio de 2014

Vida; entre el sexo y la muerte

La vida; por definición, es el conjunto de eventos que se presentan en el devenir de una persona. La vida es la existencia, la continuidad; y muchas veces, transcurrimos por ella, tratando de evadir el tema del sexo y la muerte; pues estos temas han sido señalados como tabú por cuestiones morales y religiosas, sin considerar que son obligadas para sostener a la vida misma.
Si un ángel bajara del cielo (o un extraterrestre) y estipulara: “A partir de éste momento no habrá más sexo en éste planeta”.
Invariablemente del choque que significaría para muchos el vivir en un planeta asexual, la realidad es que toda la vida en el planeta dejaría de existir en menos de dos años.


¿Suicidios en masa? ¿Genocidios?
No es necesario, basta con considerar que la sexualidad es la fuente de todo cuanto consumimos como animales superiores; simplemente no habría trigo, maíz, arroz, soya; ni siquiera carne, pues el ganado quedaría privado de su alimento para producir carne y la enorme gama de derivados animales sin mencionar la recuperación de los hatos ganaderos; los mares quedarían vacíos en poco tiempo, incluso aquellos que proliferan por división, terminarían por dejar de existir. Todo tan solo por la ausencia del sexo.



Por otro lado; si el mismo ángel estipulara: “A partir de éste momento no existirá la muerte en éste planeta”.
La esperanza de una vida eterna se vería enfrascada ante la imposibilidad de procuración del mismo alimento; pues el sustento de la vida para unos, significa la muerte para otros. Muerte de ganado, de plantaciones, de frutas y verduras. Todo aquello que es consumido por el hombre, debe enfrentar la muerte por necesidad.
Ahora; si también nos privaran de la necesidad de alimentarnos, pues terminaríamos en un mundo superpoblado y seguramente lleno de gente histérica y de estrés por el hacinamiento.
De tal modo, la naturaleza ha dado orden a la vida. ¿Cuándo dejará el ser humano de ser tan egoísta al considerar una tragedia el momento de la muerte?
¿Te gustan las chuletas de cordero? Son ovejas de menos de un año de edad.
¿Te gustan las angulas? Son anguilas bebés.

¿Te gustan los omeletts? Esos ni a embriones llegan.



Vivimos, de la muerte de miles. Por tal razón, si se da el momento de que una raza diferente llegara y nos considerara su alimento, pues simplemente se estaría manteniendo el equilibrio natural de las cosas. Y aunque seguramente nos defenderíamos hasta que la población comenzara a ser tan escasa, que resultara demasiado caro su caza, al final nos daríamos cuenta de que la cadena se extiende más allá de nuestra propia naturaleza.
Por eones, nos hemos considerado el depredador máximo; a tal grado que la gran mayoría de los seres humanos viven sin la menor preocupación de ser atacados por algún otro animal.
Se dice que únicamente el hombre, se come al hombre.
Por tal razón es que el sexo es tan importante, y lo considero, como el principio, pues todo agricultor, ganadero o acuacultor, desea fervientemente que sus instalaciones sean un paraíso, donde el sexo se dé sin recato ni consideración; pues así sus ganancias aumentan.
Del mismo modo, los comerciantes de todos estos productos, a los que considero el segundo paso, esperan que la necesidad de matar sea mucha, para que de ésta manera sus ganancias aumenten también.


Y como resultado de estos eventos, está el consumo de los diferentes productos alimenticios que nacieron del sexo y murieron para garantizar el seguimiento de la vida, que es el fin de todo lo anterior.
Así es que el dicho de que “Sin vida no hay muerte” puede llegar a cambiarse a “Sin sexo no hay muerte y luego vida”; claro que podría seguirse a “y luego muerte, y luego vida y luego…”.
La vida, no es solo la problemática de vivirla en sí. Aquel que lo siente de esa manera, vive en la ignorancia de la realidad.
Debemos ser conscientes y darle a las cosas su verdadera forma y magnitud, o nos quedaremos en el camino.
Saludos.
JM Cabrera.

No hay comentarios: