Con
respecto al voto, considero que no todos deberían votar. Si bien el poder
sufragar es un derecho, está visto que esto ha permitido un sinfín de abusos,
pues es en tiempos electorales en los que muchos mexicanos abren sus bolsillos
para proveerse de algo del botín otorgado a los diferentes partidos políticos y
a los recursos aportados por otras personas de manera muchas veces ilegal.
Creo
que sería más conveniente (socialmente) que se instituya un grupo de personas
dentro de cada población, colonia o barrio a manera de “consejo de ancianos”. Estas
personas de fuerte moral, convocarían a los interesados en votar, a debatir los
pros y los contras de cada uno de los candidatos y luego de una serie de
reuniones, los dirigentes del grupo entregará el parecer de sus vecinos ante el
IFE, de ésta manera se podría ahorrar una gran cantidad de dinero que se
malgasta en publicidad y dádivas deshonestas.
Pero
¿Cuál sería el criterio para determinar al votante? Pues simplemente la
participación en sus obligaciones sociales, civiles y morales. Todos hemos
escuchado la frase “Hay que ganarse el derecho”. Con esto no se trata de tener
el pretexto para cobrar impuestos atrasados, o como medida de presión para que
la población se ponga al corriente con predial, tenencia, luz, agua o más, se
trataría de convertir a todos los mexicanos en “ciudadanos”, en personas
seguidoras de la ley.
Claro
que para lograr eso sería necesario contar con un México honesto, decente y
lleno de consideración, no solo por parte de los votantes, si no de sus
gobernantes y dirigentes.
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