jueves, 7 de marzo de 2013

JUVENTUD, AMADO TESORO

“El corazón no envejece, el cuero es el que se arruga”
Nadie entiende este dicho en toda su plenitud, si no hasta que alcanza edades entre los cuarenta y cincuenta años.
El camino de la vida, es como cualquier camino o ruta, cuando lo transitas, te vas desgastando, ajando, rompiendo. Las piedras que bajan por el río, terminan como arena en las playas, del mismo modo, con el paso del tiempo terminaremos envejecidos o disminuidos por el trabajo que nuestro cuerpo realiza.
Los estragos reflejados por el paso del tiempo es en muchas ocasiones tema de grandes debates. A algunos les aterra verse envejecidos, a otros les emociona y otros simplemente dejan venir los efectos con total parsimonia. La razón del comportamiento simplemente depende del modo en que vivimos el envejecimiento de otros miembros de la familia; si el abuelo se la pasa quejándose de dolor de huesos, de que no puede o no lo dejan hacer nada, o que simplemente se siente triste y enojado por las consecuencias de su edad, entonces los niños comienzan a relacionar esos sentimientos con la llegada de la vejez.

 Pero, si por el contrario, el abuelo es una persona dinámica, que se la pasa viajando a donde se le antoja, o que simplemente reposa con total tranquilidad en el sillón de la sala, disfrutando una taza de café, entonces, los niños a su alrededor, comenzarán a desear una edad avanzada, en esas condiciones.

¿Cómo podemos llegar entonces a esa edad de manera digna y feliz? Pues planeando con tiempo nuestra vejes, para esto, es necesario crear un ambiente de complicidad con todos los miembros de la familia, entendiendo que todos, eventualmente llegaremos a una edad avanzada. La tranquilidad en la vejes proviene del equilibrio entre la capacidad económica y un buen estado de salud. Pues de nada sirve tener dinero si mantener tu salud te cuesta mucho, por otro lado, la buena salud es una ventaja, pero tratar de pasarla sin dinero, será duro, sobre todo si tu capacidad de producción se ha reducido con la edad.
Algunas personas comenzaron a trabajar y a estudiar desde muy jóvenes, con esto, mantienen un equilibrio llegados a la mediana edad. Los problemas surgen cuando se crea una obsesión por tener dinero o con volverse adictos al trabajo, lo que podría minar nuestra salud,  tanto física como mental, y que se traduciría como una enfermedad provocada por la vejez.
Uno de los secretos para lograr longevidad con calidad, es el cuidado en nuestra alimentación. El sobrepeso y la excesiva delgadez son factores que a la larga determinarán nuestra eficiencia para hacer frente al paso del tiempo.



Finalmente, la relación intrafamiliar, será primordial, una persona mayor puede considerarse completamente independiente y auto suficiente, pero como todos los seres humanos, necesitamos un lugar a donde llegar y sentirnos parte de él, por lo que la relación entre los diferentes miembros de la familia es también muy importante.
Todos crecemos, lo importante es que lo hagamos con valor agregado, de nada sirve ser como la verdolaga, hay que tratar de ser como el roble, formar una familia que no te considere un nopal, al cual visitar cuando tenga tunas, si no ser considerado como un árbol de la vida y recibir tal reconocimiento. Pugnar que siempre sea deseable para nuestros nietos, la dicha de “ir a visitar al abuelo”.
Ser, en pocas palabras, un anciano activo, no un viejo pasivo.
La ancianidad es una desventaja en sí, y lo es tanto, que Jesús no se permitió llegar a ella, aún con la sapiencia de su eternidad.
Somos seres humanos. Seamos humanos dignos.
Saludos.
J. M. Cabrera



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