miércoles, 16 de enero de 2013

Oh Jesús. Pastor eterno de las almas, dígnate a mirar con ojos de misericordia a esta porción de tu grey amada

Mucho se ha escrito acerca de Jesús el Nazareno. Que es Dios, que es hombre, que es extraterrestre y un sinfín de cosas más, incluso hay canciones al respecto.
Pero si las cosas son como cada uno cree. Entonces, Jesús es todo lo que de él se dice.
Es Dios, pues muchas personas lo consideramos Hijo de Dios. Es hombre, pues nació del vientre de una mujer y comió, trabajó, sudó, durmió y murió. Es extraterrestre, pues procede de un lugar que no pertenece a este mundo.
¿Pero cómo llamarlo sin referir a todo esto?
Yo diría que Jesús es el Gran Traicionado.
Aquellos que tengan por hábito leer y se hayan dado una escapada literaria por los textos evangélicos de Mateo, Juan, Lucas y Marcos, podrán constatar que Jesús de Nazaret, era un hombre admirable, seguido por miles, amado y querido; curó a decenas si no es que a cientos, revivió muertos, expulsó demonios y alimentó a una multitud, hiso favores y dio cátedras. Y todo eso sin una gran capital ni fines políticos.
¿Por qué entonces fue tan fácilmente enjuiciado?
¿Todos aquellos que se vieron favorecidos por sus milagros no fueron capaces de apoyarlo o de abogar por él?

La Biblia lo dice en Eclesiastes 1:9 – 10. “Lo que fue, eso mismo será; lo que se hizo, eso mismo se hará: ¡No hay nada nuevo bajo el sol!  Si hay algo de lo que dicen: "Mira, esto sí que es algo nuevo", en realidad, eso mismo ya existió muchísimo antes que nosotros”.
Por tal motivo, ese tipo de traición se repite una y otra vez.
Muchos hay que tratan de ayudar al prójimo desde su muy humana naturaleza. Luchan y pugnan porque sus prójimos salgan del hoyo en el que se encuentran, pero si eso molesta o estorba a alguien en el poder, entonces se le fincan falsos cargos y mala reputación. Y en ese momento se quedan solos. “Somos pobres y nada podemos hacer” dirán unos “Si él, que es poderoso no puede defenderse ¿Qué podríamos hacer nosotros?” dirán otros. Y entonces es cuando otro Jesús se encamina al Gólgota.
Pero también están los que sufren siendo inocentes, millones de abortos, millones de gritos silenciosos que se pierden en la nada. Esos inocentes nonatos también son Jesús en su martirio.
Somos una raza de cobardes. Es el miedo el que nos mueve. Miedo a estar solos, a ser repudiados, al qué dirán, a que nos crean débiles.
Por ello el poderoso deja sentir su golpe en sus súbditos. Por ello, la cadena opresora y el fuete lacerante.
Cuando se golpea con un tolete, hay dos cobardes en cada lado, uno que deja caer el golpe y otro que lo recibe.
Dirán que ambos luchan por un derecho o por una justicia, pero en realidad es que lo hacen por alejarse de su realidad. Nos decimos inteligentes y evolucionados, pero no somos capaces de entender que la Tierra nos alimenta y provee de todo, aun así nos dejamos matar por papel y metal.

Las aventuras son para los jóvenes, pero no deben dar la vida en una cruzada por algo material. Benito Juárez dijo: “No pueden improvisar fortunas, ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, disponiéndose a vivir, en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley les señala".
Si evitas el gasto superfluo y adquieres una buena administración, tendrás el éxito garantizado. A muchos he oído decir “Me gusta divertirme, por eso no me alcanza lo que gano”; sin embargo éstas personas solo buscan distracción en su realidad y no se enfocan en mejorarla “Querer es Poder” dice el viejo adagio.
Si la ventura y el padecimiento de Jesús, fue establecido desde antes de su llegada, entonces es igual para cada uno de nosotros. A partir de eso es que muchos creen que comportándose como se porten no hacen más que seguir su destino. Pero la actitud de Jesús era la de seguir sin importar lo que viniera, Él nos enseñó que hay que hacer frente a lo bueno y a lo malo y agradecer en todo momento. Ésa es la actitud del vencedor. Martin Luther King Jr. Dijo: “No importa si el mundo se acaba mañana. Hoy sembraría un árbol”, pues un servidor dice: “El Señor puede llamarme cuando quiera, pero yo seguiré trabajando”; a final de cuentas “Si todo está escrito ¡Que se haga su voluntad!”.

Tú puedes elegir qué ser, un Jesús, un Judas, un Caifás o un Pilatos. Puedes ayudar sin esperar nada a cambio, pues en realidad no se te dará nada, puedes recibir beneficios y alejarte sin agradecerlos ya que la mayoría de las veces la intención es ayudarte sin esperar tu respuesta, puedes acusar a todos el ser los causantes de tus miedos y pecados y condenarlos o puedes juzgar y emitir castigos sin conocer la naturaleza de la verdad.
Yo soy un hombre mayor, la vida me ha hecho entender muchas cosas, es por eso que pido consideración a los jóvenes, les pido que dirijan sus ímpetus y esfuerzos hacia un futuro mejor. La edad te hace más sensato, tal vez por eso es que Jesús no se permitió llegar a ese estado de madures. De cualquier modo “Lo hecho, hecho está”.
J M Cabrera

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