En México, ser amigo, es ser
hermano, sin necesidad de compartir la misma sangre, ni la misma madre.
Nadie puede transitar por el
largo sendero de la vida sin un amigo en el cual apoyarse.
En ocasiones, la amistad se esconde en un comportamiento adusto, en el regaño, en el castigo. Muchos amigos en apariencia se mantienen lejos de nuestro aprecio, pero eso es por que en nuestro egoísmo, nos negamos a nosotros mismos la felicidad del amor filial y nos encerramos en una actitud de engrandecimiento para justificar nuestra soledad, cuando en realidad son muchos los que nos favorecen con su amistad.
El ser amigo es un sello propio
del mexicano, y esta característica trasciende fronteras, no en vano a Mario
Moreno “Cantiflas” se le conocía en sus dibujos animados como “Amigo” en la
serie presentada en los Estados Unidos. O la presentación de Paco Pistolas,
José Carioca y el Pato Donald, en la serie de Walt Disney “Los tres
caballeros”, en la que el sello de la amistad era por demás patente.
Por un amigo se puede dar la
vida, aún después de tan solo un par de horas de conocerse, la amistad es una
sentimiento de apropio para con las personas que no son de nuestra familia,
Facundo Cabral lo expresó en sus presentaciones de “Lo Cortes no quita lo
Cabral”, junto a Alberto Cortes, “Amigos y nada más –decía-, el resto, la
selva”, aunque creo que él mismo los citaba de alguien más.
El caso es que, el ahora
Presidente Electo (Constitucionalmente) de los Estados Unidos Mexicanos, ha
declarado que “No tiene amigos”. Y esto solamente incrementa mis temores, ya que si
bien no tenemos el gusto de conocernos, el que se declare una persona
desamigada, nos pondría en franca desventaja con sus “conocidos”.
Al final de cuentas, creo que lo
importante no es si considera que no tiene amigos; Lo que nos interesa a los
mexicanos es que “NO TENGA COMPROMISOS” con gente de mal talante. Ahora que si
lo que quiere decir es que el barco ya está lleno y no caben más nuevos amigos,
pues que solamente cumpla con lo prometido, si bien ya nos dimos cuenta de que
el “nuevo PRI” es igual que el “viejo PRI”, estaría bien que nos untaran más la
tortilla esta vez.
Se dice que es mejor tener amigos
que dinero, o que en la cárcel y en los hospitales es donde se ven los amigos.
Hay amigos en lo bueno y en lo malo, amiguitos y amigotes, dependiendo de si te
los menciona tu mamá o tu esposa, amigos de gran experiencia que te enseñan
gratuitamente y amigos que a veces desearías echarlos por la borda, el caso es
que un amigo te hiere con la verdad para no matarte con la mentira.
Se podría decir que en estos
tiempos de impersonalidad social la amistad está sobre valuada, pero el hecho es
que tan solo hace unas décadas, no se concebía una vida sin la mano que te
ayudaba a salir del atolladero, y así lo demuestran incontables películas,
novelas, canciones, e incluso programas dominicales de concursos. La amistad es
necesaria, tanto que hasta el Nazareno necesitó de ellos pero si el Presidente
de la República llegara a sentirse solo, triste y abandonado, sin un amigo que
lo acompañe, aquí le ofrezco la mano de sincera amistad, la mano de un amigo de
verdad, el cual está dispuesto a dar, más que a recibir.
Después de todo es mejor estar cerca del que manda, aunque no sea tu amigo.
Y como dijera Cachirulo, en sus programas de radio y alguno que otro de televisión. “Adiós
Amigos”.
Saludos.
Saludos.
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