Cada vez que una empresa comienza a realizar sus actividades mercantiles, la utilización de los denominados créditos se convierte en una forma de ahorrar un "tiempo" y crear un crecimiento repentino, sin embargo, la dinámica del crédito en muchas ocasiones es mal encausada, si una persona física o moral se decide por la solicitud de un crédito, debe entender de que el pago de esa "deuda" es lo primero que debe atender.
Una institución que vive de la "renta" de otorgar un capital, es comúnmente despiadada. Poco se podrá hacer si alguien llega a quedar como deudor ante una institución o sistema crediticio. Nunca podrás volver a dormir tranquilo, algunas personas han tenido que abandonar el país por un mal manejo de sus deudas.
Si bien, una inversión crediticia puede ayudarte de manera pronta y efectiva, se debe considerar en no utilizar nada de la utilidad que se obtenga por un tiempo para salir de ese "compromiso". La ventaja en este caso es una, pero los riesgos son muchos; en un país donde la enseñanza en lo administrativo es por demás nula, cualquier persona que desee comenzar un negocio debe aprender casi con la temática de acierto y error, pocos son aquellos que cuentan con una enseñanza desde su hogar para poder llevar un negocio y los que poseen esa ventaja, pocas veces lo comparten a no ser que sean los herederos o encargados del mismo.
Además de todo, la mayoría de las empresas manejan pagos a crédito. Si bien esto es de consideración habitual, se debe saber que esta forma de pago nació cuando los sistemas bancarios no contaban ni con teléfono, razón por la cual era necesario enviar personas que trasladaran los documentos cambiarios de un banco a otro, lo cual podría tardar de 30 a 60 días en dependencia de la distancia en la que se encontraba el emisor y el cobrador. Pero en la actualidad, eso ya no es necesario, las transacciones se realizan en tiempo real, ya no es necesario que se envíe a alguien que confirme un pago ante un banco a 350 kilómetros de distancia, el evento se realiza en el momento, razón por la cual el crédito no es necesario.
Tan solo es necesario considerar el costo real de un crédito a 30 días (ya no digamos uno a 60 o 90 días), un granjero invierte 100 pesos en producir 200 huevos (aunque está de moda, el trabajo lo hace la gallina), y lo entrega a un concentrador o bodega de salida a un precio de 150 pesos, el cual lo entrega a un comprador mayorista a 200 pesos, éste lo vende a una tienda de conveniencia a 250 pesos y finalmente 100 personas (con dos huevos cada una), lo compran a 300 pesos.
El granjero deberá esperar 30 días para obtener su inversión y su ganancia, además de que deberá invertir de su capital para "aguantar" otros 29 días produciendo, antes de que le llegue el primer pago, el bodeguero también (los empleados también comen), al igual que el mayorista, sin embargo la tienda de conveniencia NO TE VENDE A CRÉDITO, a ellos se lo pagas al contado, o lo hará el banco al darte un crédito a ti con una tarjeta de crédito. De esta manera, la empresa obtiene un tiempo para "jinetear" la lana de los demás, y una vez que realiza el pago, la cosa va para atrás, pues el pago al granjero se vence primero, después el del bodeguero y al final el del mayorista. Y entonces que es lo que tiene que hacer esta gente que de todas maneras tiene que trabajar y vender, pues alarga el tiempo de pago o SOLICITA UN CRÉDITO.
El caso es que visto de alguna manera el crédito no es bueno, y no debería existir, una de las dogmas que deberíamos desarrollar en éste país es: "el crédito es el arma del diablo", decía Don Domingo Solís Loya, y hay mucha verdad en sus palabras, y no hay que tomarlo a la ligera, todos los problemas económicos que se ven venir desde el viejo mundo provienen directamente de un mal manejo del crédito. Y el problema principal es que la inversión no se ve en los países más endeudados, la riqueza se esfumó con cada cambio de gobierno, y solo queda el compromiso heredado a los que se quedan.
Tu que tienes la oportunidad de leer estas letras ¿Sabes cuanto debes?, pues a lo que te dé de tu tarjeta de crédito, tu renta, tu coche, tu casa, la escuela de tus hijos y lo que apostaste el fin de semana en el partido de fútbol, auméntale $380,000.00 por cada miembro de tu familia (incluso el bebé de 6 meses y la abuela que está en su mecedora), pues eso es lo que debe cada mexicano gracias a los préstamos solicitados por el gobierno. Y espera lo que se va a sumar en este sexenio.
La pregunta final es: ¿Puedes decir que eso que debes se refleja en tu forma de vida? ¿En tu seguridad? ¿En tu salud?
De antemano sabemos que no. entonces ¿Donde refregados quedó toda esa lana? ¿Y lo que produce PEMEX? ¿Y lo de la CFE? ¿Y lo de aguas? ¿Y los impuestos recaudados? ¿Y los impuestos ambientales? ¿Y las multas a los partidos?
Por todos lados se escuchan de Millones y Millones recuperados, incautados, cobrados, ganados o ¿robados?.
Tan solo de PEMEX, así como está de mal administrado, cada mexicano debería recibir $1,200.00 al año por goce de nuestro petroleo y sin embargo la gasolina nos la venden cada día más cara. Y peor será si la compras a crédito.
NO LE SIGAN EL JUEGO A LAS EMPRESAS E INSTITUCIONES QUE NEGOCÍAN CON EL DINERO, abandonen el crédito (pero primero paguen lo que deben). Un saludo afectuoso.
JM Cabrera
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